lunes, 1 de octubre de 2018

Venenoso

Rezuma de mi adentro cada mañana, como magma haciéndose camino y fundiendo roca a su paso, agónico ácido matutino formado por la rutina infernal de la obligación y el desayuno rápido desprovisto de rituales, empujado a ritmo de caminata rápida.

Obligado a ser útil a este mundo, dejo de ser correspondido desde el principio, con el pecho oprimido con una cadena de pensamientos tejida con cada comentario de cada alienado que acepta la rutina como forma de vida, que se frustra, pero no protesta; intentando asumir lo que me dicen, que es que vivir es sufrir. Es extraño que todos nuestros referentes de pensamiento sean siempre seres ajenos al dolor.

Así, día tras otro, la tormenta me golpea y me hallo desamparado, sin querer caminar y teniendo que hacerlo; queriendo dormir y no pudiendo, y despierto con el horror matinal de estar en una vida que no deseo, ni le deseo a nadie más que al que nos mantiene en vida muertos.

Veneno para mí hoy, veneno mañana para ellos; tal vez algún día nos atrevamos a verlos muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario