No hace falta superar ciertas cosas. No es necesario.
No es necesario dejar de sentirse culpable.
A veces es necesario estar triste.
Superar todo es, tal vez, dejar la importancia de las cosas de lado.
Está bien darle importancia a las cosas.
Está bien llorar, está bien reír, está bien odiar, si eso nos hace estar aquí y ahora, centrarnos y seguir dando pasos.
Está bien intentarlo.
Está bien compensar.
Quitas una pierna y regalas la otra a los demás.
Puede que tenga sentido.
Demasiados espacios, en todo.